martes, 9 de agosto de 2011

Cual fuel el papel de la iglesia católica en la conquista y colonización de América

En un principio por supuesto que la Iglesia cometió atrocidades, pues veía a los indígenas como "enemigos de la fe".
Tuvo un papel absolutamente intolerante, es cierto, pero también tenemos que tener en cuenta la mentalidad de aquella época, el fanatismo católico en el que se vivía en España en el siglo XV.
Tan sólo tienes que mirar el apodo o sobrenombre con el que se conoció a éstos monarcas, patrocinadores de la empresa descubridora: Los Reyes Católicos. Concretamente fue el Papa Alejandro VI quien concedió a Fernando de Aragón el título de Rey Católico (A Aragón, reino católico más fanático que Castilla, al contrario de lo que nos han hecho creer) por haber dado antes dicho Papa el título de Rey Cristianísimo al rey de Francia.

Hay una anécdota con Atahualpa, a quien Pizarro le dijo que sólo había un dios, y que ese era el cristiano. Atahualpa le preguntó que porqué sabía eso, a lo que Pizarro contestó que lo decía su libro (La Biblia). Atahualpa le pidió que le dejase aquel libro, y poniéndoselo al lado de la oreja, le contestó: Pues a mí no me dice nada.
Finalmente mataron a Atahualpa por rechazar el cristianismo.

Si, es cierto, muchas de las guerras de los hombres han sido a causa de la Iglesia, aunque también tenemos que tener en cuenta que todas las religiones han ejecutado sus cruzadas de religión, como la cruzada islámica.
Ninguna religión hasta la actualidad ha mostrado un comportamiento que no fuese dictatorial e inquisitorio, así como han impuesto por la fuerza sus creencias.

En la Conquista de América por supuesto que la Iglesia Católica jugó un papel importante, pero hay que tener en cuenta que ninguna religión, ninguna, era tolerante.
Mientras Papas, Obispos, Cardenales y un sin fin de prelados y sacerdotes gozaban de sus amantes y tenían hijos, muchos de ellos reconocidos y legitimizados incluso por el rey, se perseguía al hereje, a quien no comulgaba con la religión.

Pero como en todo hay excepciones, y por ejemplo me viene a la mente la figura de Fray Bartolomé de las Casas, quien denunció en sus obras el mal comportamiento de algunos españoles frente a los indígenas, de quienes este fraile fue gran protector. Como Las Casas hay otros tantos, pero evidentemente fueron los menos.
Recuerdo también, porque me toca de cerca, el caso de Fray Alonso Gómez de Encinas, natural de Cuéllar, Segovia (mi tierra) que hizo una "extraordinaria" labor evangelizadora, pero sobre todo humanitaria, teniendo gran cariño y compasión para con los indígenas, afecto compartido por los indígenas hacia él. En la isla de Puná (Perú) le llamaban los indígenas el "Papaz, porque baptiza y confiessa". Para la Iglesia es un mártir, pues fue brutalmente asesinado por una cuadrilla de holandeses, sólo por el hecho de ser católico. Como ves, no solo los cristianos "perseguían a los enemigos de la fe".
Le abrieron el pecho en canal con una espada y le sacaron las entrañas, burlandose de aquella agonía todos los piratas holandeses, que incluso los indígenas defendieron (al fraile) hasta que fueron reducidos por los holandeses.

Como en todas las cosas, les hubo buenos, correctos, pero sobre todo intolerantes e inquisidores, pues también estoy recordando (su nombre no lo logro recordar) aquel fraile que quemó los códices mayas, y gran parte de los documentos que dicha civilización poseía, con el fin "de que olvidasen aquellas herejías".

La Iglesia llegó a América con un único fin: "ganar para Dios almas", imponiendo su religión por encima de todas las cosas, y aquel que no aceptaba aquello como lo ordenaban, se le quitaba la vida. La posterior evangelización, las órdenes religiosas allí fundadas, y todos los frailes y monjas que acudieron "a la llamada de las Indias" fueron mucho más pacíficas que sus predecesores, pero el daño ya estaba hecho, y los indígenas "condenados" a convertirse al catolicismo.
Pero hay que tener muy en cuenta la mentalidad de aquella época, pues para la mayor parte de los frailes el llevar su religión a aquellas tierras era una "bendición", un orgullo, servir a su Dios de aquella manera y dar a conocer a Jesús en un mundo desconocido.
Con los principios morales que tenemos en la actualidad, es evidente que nos puede parecer una barbaridad, pero quizás hay que juzgarlo desde su punto de vista, para poder llegar a entenderlo, por supuesto sin justificarlo, pero estamos hablando del siglo XV, no del XXI.

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